Sección Empresas

Quizás el cambio más significativo que han inducido las tecnologías de la información es la convergencia de los distintos soportes en los que tradicionalmente se almacenaba el conocimiento a un formato digital. Textos, fotografías, música, palabras, imágenes (y dinero) han cambiado radicalmente la forma en la que se producen, almacenan, transfieren y utilizan. Y es en este contexto (cambio de "átomos" a "bits", junto con el crecimiento exponencial de las redes de comunicaciones) dónde debemos enmarcar el nuevo DNI electrónico.

El DNI electrónico no sólo es la evolución natural de un documento de identificación que incorpora medios cada vez más eficientes para acreditar la identidad (tal y como ocurrió en su tiempo con la inclusión de la fotografía o la huella dactilar) sino que es un instrumento que proporciona de forma inequívoca e indubitada, la acreditación de la identidad personal, con la garantía del Estado, tanto en el mundo físico como en el digital, añadiendo nuevas funcionalidades (identidad electrónica y firma digital) al DNI tradicional, sin menoscabo de las actuales.

La infraestructura establecida para el DNI electrónico permite ofrecer en el mundo digital las certezas necesarias para establecer relaciones de confianza:

  • AUTENTICACIÓN: Que las partes que intervienen en la transacción sean efectivamente quienes dicen ser.
  • INTEGRIDAD: Que la información transmitida no haya sido alterada en la transmisión..
  • NO REPUDIO: Que las partes no puedan negar que la información se intercambió.

La CONFIDENCIALIDAD (esto es, que cuando así desee, nadie -salvo el receptor- pueda acceder a la información transmitida) no es una funcionalidad directamente proporcionada por el DNI electrónico, sino que debe ser realizada mediante las aplicaciones de cifrado.

El DNI electrónico contribuirá, necesariamente a la existencia de empresas prestadoras de servicios de valor añadido, ya que el DNI no facilitará en ningún caso los denominados "sobres" (sistemas de cifrado, sellos de tiempo, etc.).

De la misma forma, favorecerá la aparición de iniciativas privadas que presten servicios de certificación a los ciudadanos. Esto se conseguirá en base a reconocer al DNI como medio suficiente para acreditar la identidad y los demás datos personales de los interesados, pudiendo ser utilizado como medio de identificación para la realización de un registro fuerte que permita la expedición de certificados reconocidos por parte de entidades privadas, sin verse éstas obligadas a realizar una fuerte inversión en el despliegue y mantenimiento de una infraestructura de registro.

La incorporación de la identidad digital y de la firma electrónica como tecnologías de la seguridad y de la información en los procesos de negocio y de soporte de las empresas, y en particular las PYME, permite afrontar con garantías de éxito la modernización de las mismas y mejorar su competitividad. El DNI como infraestructura básica de seguridad de la información ofrece esta oportunidad a todos los sectores económicos.

MINISTERIO DEL INTERIOR. Dirección General de la Policía. Cuerpo Nacional de Policía.

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